La asignación de los empresarios es ser de influencia en los más altos niveles de la sociedad y las naciones para llevar a cabo los planes de Dios.
Esa encomienda requiere empresarios comprometidos que practiquen lo siguiente:
- Poner a Dios primero
- Diligencia
- Obediencia
- Excelencia
- Orden
- Oración
- Profunda relación con Dios
- Sabia administración de los bienes
En este libro conocerás el poder de cada una de estas cualidades y verás por ti mismo cómo Dios multiplica todo lo que haces.
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